Descubrí el acro de casualidad por una gran amiga a la que se lo agradeceré toda la vida, porque desde que lo conocí mi vida cambió. El acro me hace volver a ser niña, jugar y compartir con otros esa energía tan bonita que se crea cuando por primera vez pruebas a hacer algo que pensabas que era imposible y de repente SE PUEDE. Creo que es una disciplina en la que se desarrollan muchas habilidades para extrapolar en la vida en general, la escucha, la confianza en uno mismo y en otros, el trabajo en equipo, la comunicación, el respeto, la admiración , la paciencia...
Para mi es un reto encontrar la manera en que todo el mundo pueda conseguir un truco, a veces es tiempo y otras trampillas de esas que me encanta indagar.
En resumen enseñar acro para mi es compartir creación,ilusión, alegría, diversión siempre desde la seguridad y el respeto.